Historia
Hace siglos, los tibetanos decoraban sus estatuas con la piedra que llamamos aventurina, que se usa con mayor frecuencia en los ojos, por lo que cada destello de luz aumentaba los poderes visionarios de la estatua. Hasta el siglo XIX, la aventurina se llamaba la "piedra de las amazonas", ya que se pensaba que los depósitos en Brasil habían suministrado las joyas de las reinas guerreras amazonas.
La aventurina tiene varios sobrenombres y nombres comerciales, incluidos aventurero, cuarzo aventurero y "jade" indio. Además de usarse para hacer cuentas y joyería, la aventurina también se talla en piezas ornamentales o de decoración, como cuencos, jarrones y estatuillas. Ocasionalmente ha aparecido en paisajismo y como material de construcción de monumentos.
El nombre Aventurine ha sido utilizado por vidrieros venecianos, empresas de procesamiento de tarjetas de crédito, desarrolladores de videojuegos e incluso firmas de capital privado.
Propiedades
Aunque no hay una "d" en la palabra, la aventurina hace que los usuarios piensen en "aventura". Piensa en optimismo. Piensa abundante. Piensa en el entusiasmo práctico. Se cree que esta piedra es una piedra positiva de prosperidad, que disipa las emociones negativas, refuerza el liderazgo, promueve la compasión y fomenta la perseverancia. Es una piedra utilizada para promover la apertura mental y la capacidad de ver alternativas y posibilidades, por lo que se considera una piedra de la suerte para los jugadores.
Se cree que los colores específicos de la aventurina tienen propiedades adicionales:
Azul: promueve salud mental
Verde: alivia el trauma mental y emocional, disolviendo el pensamiento negativo y trayendo calma
Rojo: potencia la creatividad, la vitalidad y la sensualidad
La aventurina verde proporciona fuerza, confianza, coraje y felicidad. Renueva el optimismo de uno por la vida y nos empuja a tomar acción para adquirir lo que queremos en este mundo. Esta piedra insta a uno a salir de su zona de confort y aprovechar nuevas oportunidades.
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